25/3/12

El rey pálido, de David Foster Wallace (V)

Aquí el autor del blog. Estoy siendo fagocitado por el sistema. Encontré estos apuntes que continúan las notas sobre El rey pálido.

Cap. 27 (28 páginas) Cusk el día de ingreso en el CRE asistiendo a la charla de presentación y formación. Los dos funcionarios encargados ejecutan una suerte de espectáculo ensayado y perfectamente coreografiado mientras informan a los recién llegados. El capítulo inicialmente se centra en Cusk, cuyas “posibilidades de tener un ataque podían minimizarse si prestaba una atención muy intensa y prolongada a lo que fuera que estuviera pasando fuera de él”, atención que se ve perturbada con el ingreso en la sala, ocupando el asiento justo detrás del de Cusk, de una mujer, presumiblemente Toni Ware.
Cuando Cusk arranca a sudar copiosamente la narración se centra en Sylvanshine. La presencia del personaje en la charla de admisión se contradice de alguna manera con su presentación en el capítulo 2. De alguna forma intuimos que Sylvanshine es una especie de infiltrado en el CRE. Se introduce el tema del niño que acompaña al doctor Lehrl, inescrutable para Sylvanshine ya que “el niño estaba rodeado de una membrana factual impermeable o bien habitaba en un vacío de datos
Luego David Wallace, confundido con otra persona, en “su” particular charla introductoria para agentes de grado superior, manteniendo una sonrisa estúpida.
Da la sensación en ocasiones de que el texto, inacabado e incompleto, explora una serie de posibilidades narrativas indefinidas.

Cap. 28 (1 página) 10 leyes del personal de la Agencia Tributaria.

Cap. 29 (8 páginas) Tengo problemas para situar espacialmente este capítulo. Quizás un grupo de agentes (Bondurant, Gaines, Hurd… ) en una furgoneta con un equipo de escucha. Conversan entre ellos sobre mierda ("¿Qué tiene la mierda, que nos repele pero nos fascina? (…) Es como ver un accidente de coche, es imposible apartar la mirada") y sobre los asaltos que ejecutaban en una universidad donde todos tenían apodos que consistían en que un individuo gordo plantaba su culo desnudo sobre la cara de los que dormían.
(Nota: La escatología en DFW, tema a desarrollar. Véase en LBI el pasaje de Gately y los cepillos de dientes. ¿Puede que no hubiese superado cierta fase anal propia del gamberrismo de las fraternidades universitarias estadounidenses?)

Cap. 30 (15 páginas) En una conversación telefónica con su compañero Reynolds se desvela (con un oscuro trasfondo de conspiración) la misión de Sylvanshine en Peoria ordenada por Merrill Errol Lehrl, “Mel”. La incipiente informatización mediante tarjetas perforadas de las declaraciones tributarias arroja sospechas sobre el sistema, que se ajusta perfectamente a la media. Se menciona la excentricidad de los examinadores: “son unos despojos humanos. Si Glendenning es capaz de sacar la producción que quiere de esa panda… Algunos parecen catatónicos. Uno de ellos podría ser un idiot savant
Hay, de nuevo, cierta desviación respecto a datos proporcionados con anterioridad. Sylvanshine es el personaje que más evoluciona y cambia, con el que Wallace parece mostrar más dudas. Posiblemente, en una versión que sólo existe en mi cabeza,
Sylvanshine acaba deviniendo en una especie de Charles Xavier.

Cap. 31 (2 páginas) Shinn, un personaje que no había aparecido, espera el autobús que le lleva al CRE desde las viviendas que ocupan los examinadores.

Cap. 32 (3 páginas) La hermana de uno de los examinadores, Nugent, imita de forma escalofriante y por teléfono la voz de Linda Blair posesa en El exorcista (recurrencia a explorar como posible origen de obsesiones)

Cap. 33 (10 páginas) En un largo párrafo de seis páginas se plasma el aburrimiento que la rutina del trabajo produce en Lane Dean Jr.: “La norma era que cuanto más miraras el reloj, más despacio pasaba el tiempo”, “Tenía la sensación de había una especie de agujero o vacío enorme que le caía por dentro y seguía cayendo y no llegaba nunca al suelo”. Menciones al chico del carrito y al sonido del papel rasgado. De pronto Dean siente a su lado la presencia del espectro de Garrity, el cual se lanza a una larga perorata sobre el origen de la palabra “aburrimiento” (“El nombre surge como resultado de la presión cultural”) mientras Dean intenta ignorarlo centrándose en su trabajo para que cuando al final se permite levantar la vista ver que “nuevamente el reloj apenas se había movido
El capítulo sobre el tedio por excelencia.

Cap. 34 (1 página) “Fórmula del Impuesto Mínimo Alternativo para Empresas”

Cap. 35 (7 páginas) Narrado en primera persona y con alguna nota a pie de página, lo que nos hace pensar en la posibilidad de que se trate de David Wallace, aunque no queda claro, se explica la ferocidad del bebé de Gary Manshardt, Jefe del Grupo de Auditorías (lo que hace que “aquí-el-autor” no pueda ser el narrador… tengo la hipótesis de que una vez deshecho el error, David Wallace se convierte en uno de los chicos del carrito)
Hay ciertos niños a los que se les nota que van a convertirse en adultos temibles, pero aquel bebe ya era temible
No destrozaré el chiste final, pero la presencia del bebé en el despacho de su padre resulta obsesiva.
(¿Contradice lo expuesto por Sylvanshine en el capítulo 30 sobre el bebé de Lehrl?)

Cap. 36 (14 páginas) Historia del chico que se propuso “darse un beso en cada centímetro cuadrado de su propio cuerpo”. Su implacable (y absurda) determinación le llevan por el camino del contorsionismo.
Ahora mismo no recuerdo si este personaje tiene continuidad en El rey pálido. Supongo que la intención era añadirlo al circo de examinadores del CRE reclutados por Sylvanshine… pero adelanto acontecimientos.

Cap. 37 (1 página) Claramente un esbozo por desarrollar de un episodio que transcurre durante una cena en un restaurante.

Cap. 38 (5 páginas, 7 notas a pie de página) David Wallace da una explicación del motivo “por qué a veces es necesario este ocasional añadido apositivo del “autor”; resultó que había dos David Wallace distintos destinados al CRE del Medio Oeste, y adivinen ustedes cuál de los dos fue el único que terminó siendo acusado de suplantación de identidad
Un error informático provocaba una “redundancia fantasmal” entre empleados con el mismo nombre. La también llamada “conflación fantasmal” implica la desaparición del empleado de menor rango. Existe una especie de bucle dentro del sistema que provoca una cola de espera de datos a procesar. En esa cola se quedó David Wallace, el “autor”.

Los textos entrecomillados de la traducción de Javier Calvo para Mondadori

1 comentario:

Anónimo dijo...

La literatura es el Internet del alma, sostiene Tabucchi. Qué bien dicho. Me juego algo a que ya está charlando con Cardoso Pires...

Prazeres es un cementerio estupendo.